Los días de búsqueda, de deambular sin rumbo y de esperas desesperadas terminaron para la mamá de Pamela Laime. Pero, al mismo tiempo, comienza otra etapa tan laboriosa como la anterior: la de implorar justicia.
“Siento mucha bronca”, dijo ayer Mercedes Saldaño en la puerta de tribunales, luego de que le confirmaran que uno de los cráneos hallados en el Cementerio del Norte pertenece a su hija. La fiscala Adriana Giannoni le prometió que le entregarán los restos antes del viernes.
La segunda vez que Giannoni ordenó excavar las fosas donde están enterrados los “NN”, el 2 de julio, encontraron un cráneo con tres cortes en la parte superior izquierda. Sospechaban que podría tratarse de Pamela, debido a que la joven fue asesinada de tres hachazos en la cabeza. El cráneo fue enviado a Buenos Aires, donde hicieron una comparación genética con el ADN de Saldaño y de la hija de la víctima, una adolescente de 15 años. De esa manera, confirmaron que -finalmente- habían dado con los restos de Laime.
“Es muy doloroso”
“El ADN dio positivo en un 99.9%”, afirmó Ramón Altamiranda, hermano de Pamela. “Ahora queremos darle un velatorio como corresponde, ya que hemos esperado 14 años”, agregó el joven, indignado.
Saldaño buscaba a su hija desde el 16 de octubre de 2000, cuando la vio por última vez. La mujer llevó la foto de su hija a cada rincón del país, intentando -en vano- encontrar algún rastro. El 19 de mayo de este año, LA GACETA publicó el caso y el policía retirado Marcial Escobar reconoció el rostro de la adolescente. El ex comisario se comunicó con Giannoni y le contó que había participado del hallazgo de un cuerpo en Ticucho, hace 14 años, y que la joven asesinada podría ser la hija de Saldaño.
“Sentimos bronca e impotencia. Mi hija estuvo 14 años tirada en un cementerio como NN. No tiene nombre lo que le hicieron. Ella tenía familia, una hija y hasta una cicatriz de la cesárea ¿Por qué no averiguaron en la Maternidad? Quizás a mi hija la iba a tener entera, no como ahora, por partes. Esto es muy doloroso”, expresó Saldaño, consternada.
La mujer advirtió que no cesará en su lucha hasta descubrir quién o quiénes encubrieron el crimen de su hija. “No es que hemos encontrado los restos y ya está, ahora hay que seguir investigando. Yo tenía esperanzas de encontrarla con vida, no de esa manera tan brutal”, lamentó Saldaño. “Todo se hubiese sabido -agregó- si hubieran hecho las cosas bien desde un principio. Ahora tendrán que ir a declarar todos, el policía que la encontró, el sepulturero, el jefe de la brigada... del primero al último”, reclamó.
A través de su abogado, Luis Elizalde, Saldaño le exigió a la fiscala que profundice la investigación. “Se tiene que hacer todo lo necesario para que los culpables no sigan matándose de risa, burlándose de mí. Nos destruyeron la vida a todos: a mí, a su hija y a sus hermanos. No es justo lo que nos hicieron”, dijo la mujer, al borde del llanto.
Saldaño recordó a Pamela como “una chica noble, sencilla, humilde, que solamente buscaba trabajar para el bienestar de su hija, ni al baile iba”. Ahora se prepara para volver al Cementerio del Norte, retirar los restos de su hija, llevarlos a su casa de Garmendia, velarlos y darle sepultura. Además, viajará a la localidad de Ticucho y colocará una cruz en el lugar donde encontraron el cuerpo de Pamela, en octubre de 2000.
Por último, desafió a los homicidas: “no vamos a descansar hasta que tengamos a los asesinos frente a nosotros, les den la pena que les den, no me voy a conformar. Si la consciencia les da, se van a tener que entregar, y si no, tendrá que actuar la Justicia como se debe y como tendría que haber actuado hace rato”.